Altos funcionarios de Trump presionan para derrocar a Maduro en Venezuela

Altos funcionarios de la administración del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ejercieron una presión considerable y multifacética con el objetivo declarado de lograr la salida del poder de Nicolás Maduro en Venezuela. Esta campaña, que se extendió a lo largo de gran parte del mandato de Trump, involucró una combinación de sanciones económicas, aislamiento diplomático y un respaldo abierto a la oposición venezolana, en particular a Juan Guaidó.

La estrategia, a menudo descrita como de “máxima presión”, buscaba asfixiar económicamente al régimen de Maduro y socavar su legitimidad a nivel internacional. Las sanciones apuntaron a la industria petrolera venezolana, a individuos clave dentro del gobierno y a entidades financieras, con la esperanza de generar suficiente descontento interno y externo para forzar un cambio de gobierno.

La Campaña de Presión Máxima

Desde el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela en enero de 2019, la administración Trump intensificó sus esfuerzos. El vicepresidente Mike Pence y el entonces secretario de Estado Mike Pompeo fueron voces prominentes en esta campaña, reiterando la posición de Estados Unidos de no reconocer la legitimidad de Maduro.

“Nicolás Maduro es un dictador sin un reclamo legítimo al poder,” declaró el vicepresidente Pence en enero de 2019, instando a la comunidad internacional a unirse en el apoyo a la democracia venezolana.

La estrategia no solo se limitó a la diplomacia y las sanciones. También se exploraron diversas opciones para apoyar a la oposición, incluyendo reuniones con figuras clave y la implementación de restricciones de viaje y visas para funcionarios venezolanos y sus allegados. El objetivo manifiesto era la restauración de la democracia en Venezuela.

Exploración de Opciones y Debates Internos

Detrás de las declaraciones públicas, existieron intensos debates dentro de la administración Trump sobre la mejor manera de proceder. Fuentes cercanas a las discusiones de alto nivel indicaron que se evaluaron múltiples vías, desde la asistencia humanitaria directa hasta la posibilidad de operaciones más contundentes, aunque estas últimas nunca se materializaron.

El entonces Asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, fue particularmente franco sobre la amplitud de las opciones consideradas.

“El presidente ha sido muy claro al respecto: todas las opciones están sobre la mesa,” afirmó John Bolton en varias ocasiones, señalando la disposición de la administración a considerar todos los medios para lograr el objetivo de un cambio de régimen en Venezuela.

A pesar de la intensa presión, el gobierno de Nicolás Maduro logró resistir, consolidando su poder y buscando el apoyo de aliados como Rusia, China, Irán y Cuba. Las iniciativas de la administración Trump generaron condenas por parte de estos países y provocaron un endurecimiento de la retórica y las relaciones diplomáticas entre Washington y Caracas.

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