La implementación de la “salida biométrica” se está extendiendo rápidamente por los aeropuertos de Estados Unidos, un desarrollo que, si bien busca reforzar la seguridad y la eficiencia en los viajes internacionales, ha comenzado a generar un notable desconcierto entre los pasajeros.
Este programa, liderado por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de EE. UU., utiliza tecnología de reconocimiento facial para verificar la identidad de los pasajeros que abordan vuelos internacionales. El objetivo principal es asegurar el cumplimiento de las leyes migratorias, combatir el fraude de identidad y registrar con precisión la salida de ciudadanos no estadounidenses del país.
Actualmente, decenas de aeropuertos en todo el territorio estadounidense, en colaboración con un número creciente de aerolíneas, han adoptado o están en proceso de adoptar este sistema. Al llegar a la puerta de embarque, los viajeros se detienen momentáneamente para que una cámara capture una imagen de su rostro. Esta foto se compara al instante con las imágenes biométricas ya existentes en las bases de datos del gobierno, como las obtenidas de pasaportes, visas o solicitudes de ingreso al país.
Preocupaciones y Confusión
A pesar de los beneficios citados por las autoridades, la rápida expansión del sistema ha provocado varias fuentes de preocupación y confusión:
- Privacidad de Datos: La principal inquietud radica en la recopilación y el almacenamiento a gran escala de datos biométricos, así como en la forma en que esta información se protege y se utiliza.
- Transparencia: Muchos viajeros reportan una falta de información clara y concisa sobre el proceso, cómo se utilizan sus datos, y sus derechos, especialmente para los ciudadanos estadounidenses que tienen la opción de no participar.
- Proceso de Exclusión: Aunque los ciudadanos de EE. UU. pueden optar por no someterse al escaneo facial y elegir un control manual por parte de un agente, este derecho no siempre se comunica de forma proactiva, y el proceso alternativo puede ser percibido como menos conveniente.
- Precisión de la Tecnología: Persisten dudas sobre la exactitud de la tecnología de reconocimiento facial, especialmente para ciertas demografías, lo que podría llevar a demoras o inconvenientes injustificados.
“Esta tecnología mejora nuestra capacidad para asegurar las fronteras, al tiempo que agiliza la experiencia de viaje para los pasajeros legítimos,” afirmó un portavoz de CBP. “Es una herramienta esencial para verificar identidades y garantizar el cumplimiento de las leyes de inmigración.”
Sin embargo, grupos defensores de la privacidad han expresado su alarma por lo que consideran una expansión de la vigilancia sin el debido debate público y salvaguardias adecuadas.
“Si bien la seguridad es primordial, la rápida expansión de la vigilancia biométrica plantea serias dudas sobre la retención de datos, el potencial de uso indebido y la erosión de los derechos individuales a la privacidad,” declaró un representante de una organización de derechos civiles. “Los viajeros a menudo no están completamente informados de sus opciones o del alcance de la recopilación de datos.”
Algunos pasajeros también han compartido sus experiencias de desconcierto en las puertas de embarque.
“Me sorprendió un poco cuando simplemente me pidieron que mirara una cámara en la puerta de embarque. Nadie explicó realmente para qué era, o si mi foto sería almacenada,” comentó un viajero reciente en el Aeropuerto Internacional de Miami. “Se sintió un poco intrusivo, y no estaba seguro de si podía negarme.”
A medida que la tecnología biométrica se integra cada vez más en la infraestructura aeroportuaria, el debate sobre el equilibrio entre la seguridad nacional y la protección de la privacidad de los viajeros se intensifica. La necesidad de una comunicación clara y transparente por parte de las autoridades se vuelve crucial para disipar el “desconcierto” y construir la confianza pública en estas nuevas medidas de seguridad.
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